Este año ha sido un año bastante atípico con la llegada del COVID 19, ¿Quién nos iba a decir que este 2020 depararía tanto en tan poco tiempo? Confinamiento, superhéroes sin capa, mascarillas, aplausos… Parecía sacado de la típica película de Netflix que vemos y decimos ¿te imaginas que pasa?
Durante el tiempo que hemos estado encerrados, muchos de nosotros hemos buscado un rincón o más bien ese rincón que nos diera paz y esperanza. Nos hemos encontrado con lugares de nuestra propia casa que en nuestra vida “normal” no éramos conscientes de que estaban ahí, y apenas mostrabamos atención.
El mayor descubrimiento, sin duda, ha sido nuestras ventanas, apenas hacíamos uso de ellas, y ahora son nuestro acceso a la realidad, la que nos brinda ese contacto con el exterior.
Este año las ventanas han cobrado un protagonismo especial, y se han convertido en nuestro refugio para poder tener vida más allá de una pantalla con nuestros familiares, amigos y vecinos. Esos aplausos, que se convertían en una quedada mundial con el exterior, y nos ayudaba a sentir unidad y apoyo. No estábamos solos en esta lucha. Salir a la ventana y aplaudir era nuestra manera de expresar gratitud a todas aquellas personas que con su trabajo arriesgaban su vida por combatir con el enemigo. Ese enemigo común contra el que juntos seguimos luchando para ganarle la batalla.
Este lugar nos enseño y presentó diferentes realidades y personas que vivían alrededor, con las que nunca habíamos tenido contacto. Hemos celebrado todas aquellas fiestas que en circunstancias normales festejaríamos en la calle, rodeados de gente. ¿Quién no ha sentido empatía y emoción en los días de Semana Santa, y lo ha compartido con sus vecinos? ¿Quién no ha celebrado la Feria de Abril de Sevilla, acompañado de un buen “pescaito frito” y bailes, al compás de palmas, de nuestros vecinos y amigos?
Los niños han formado un papel importante en este confinamiento, nos hacían ser más fuertes y luchadores. Surgieron iniciativas populares para sobrellevar mejor el confinamiento, como los arcoiris solidarios, donde los niños pintaban con ilusión en sus casas, acompañado de un mensaje optimista. Esta iniciativa nació en twitter con el hashtag #desdemiventana. Gracias a este movimiento, los coloridos arcoiris comenzaron a inundar nuestras ventanas.
¿Quién no ha cantado el “Hola Don Pepito”, o jugado al “veo o veo”? Era nuestro momento de asomarnos a la ventana, y jugar con nuestros vecinos. Para nosotros el mejor momento del día, sin duda. Estar todo el día en casa sin poder salir, y saber que ese rincón te daba alegría y desconexión de la realidad.
Este 2020 ha estado cargado de emociones, pero nunca perdimos la esperanza, y si esto ocurría, solo teníamos que asomarnos a la ventana, para impregnarnos de esta emoción de alegría, esperanza y unidad ¡todos éramos uno! Agradecer el trabajo de los profesionales que han dedicado su tiempo para ayudar de manera mundial en esta batalla ¡SOIS NUESTROS SUPER HEROES Y HEROINAS!
Seguiremos luchando, pero siempre juntos ¡LO CONSEGUIREMOS!