Si hasta ahora parecía que las ventanas de las casas modernas debían ser casi de forma obligada cuadradas o con forma de rectángulo, las cosas han comenzado a cambiar en el mundo de la construcción y distribución de espacios. De hecho, vemos como el modelo nórdico ha impuesto sus pequeñas ventanas circulares para aportar luz a espacios más bien reducidos, o para convertirse, además de en una fórmula para la iluminación natural, en una fórmula de decoración y de aporte de personalidad a la estancia.
Sabemos que las ventanas redondas no son habituales en las casas, pero pueden ser un gran elemento arquitectónico y decorativo al romper las líneas rectas típicas tanto de la fachada como del interior. Resultan perfectas más allá de la buhardilla donde solemos ubicarlas, pues visten mucho las paredes de un salón enmarcando el paisaje de una manera especial, además de dejar que la luz entre en forma de foco.
Pero si no te atreves o no puedes modificar la forma de tus ventanas, siempre es posible aplicar este tipo de diseños en el interior de tu casa creando ojos de buey en las paredes para por ejemplo, iluminar la escalera que lleva al segundo piso, o para hacer de ventana interior y puerta al mismo tiempo.
Como curiosidad, el ojo de buey era una habitación, donde los nobles esperaban a ser llamados por el rey y se llamaba así porque tenía una ventana circular a través de la cual el Chambelan de la corte miraba para ver quiénes eran los que esperaban y así poder elaborar la lista de los admitidos a la corte.